Hacia tiempo que no dedicaba un post a una vivienda, así que he decido hoy hablar de esta maravillosa vivienda de verano en Copenhague. Sus propietarios son unos amantes del arte que van rastreando todos los anticuarios en busca de piezas únicas.
En el comedor llama la atención la mesa extragrande en acabado glass negro de Simonsen & Czechura y alrededor las fantásticas Eames. La lámpara, aunque original, no quita protagonismo a cuadro del fondo de María Marstrand.
Piezas de distintas partes del mundo y cuadros llenan esta estancia sin recargar.
Una mezcla acertada en un ambiente blanco, con el sofá rosa de Raun junto con una lámpara comprada en un viaje a África, dos taburetes de corcho y mesa de centro tapizada de Møller & Rothe:
El radiador oculto sirve de apoyo para una obra en homenaje a una exposición de arte y a una escultura de Poul Isbak. El viejo reposapiés se compró en Laos.
El despacho, a los pies del salón, es un cúmulo de objetos de distintas partes del mundo y regalos. Aunque cabe destacar esa increíble silla encontrada en el mercado de Las Pulgas en Los Ángeles.
La cocina con aire industrial y electrodomésticos de Smeg no se reformó. Es la única parte de la casa que se ha mantenido según el antiguo propietario, que era cocinero y dió a esta estancia un lugar importante.
El dormitorio principal sigue la misma linea, el suelo y paramentos en blanco dejan protagonismo a las piezas exquisitas que hacen de esta casa un lugar singular.
A los pies de la cama mueble de Ikea.
Este rincón, me encanta. La mecedora, la reja traída de un viaje, el taburete de Moooi y el mueble de Ikea combinan con armonía y tranquilidad.
Este tipo de viviendas me encanta, aunque para conseguirlas hay que viajar mucho y tener muy buen ojo!!